_Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida_

lunes, 7 de noviembre de 2011

DÉJATE CONVENCER.

Hace quince días y de muy continuo que el cielo es todo nubarrones, las aceras todo charcos y mis converse neoyorquinas un desastre mayor que de costumbre.
Llueve, es una lluvia rara, llueve cuando menos te lo esperas, y lo que empieza como una llovizna fina al segundo ya es una lluvia irrefrenable. Llueve de continuo, del mismo modo que llueven exámenes de esos que nos recuerdan que esto, es bachiller. Pero que llueva, y que nieve en el Pirineo, que sobre hierba no sé esquiar y me asusta la idea de un invierno sin liarnos a bolazos de nieve.
Me gusta la voz de Rulo con la monódica melodía de la lluvia de fondo, me gusta el olor a asfalto mojado, las gotas de lluvia atravesadas por un haz de luna y el arcoiris, aunque claro, si no hay sol, no hay arco iris.
Echo de menos el sol, la echo aún mas de menos a ella y no os podéis imaginar cuanto echo de menos….-
Hace un mes exacto estábamos de camino a interpeñas, litrona en mano y ganas, muchas ganas  de comernos los diez increíbles días que estaban por venir.  Mas que increíbles fueron alucinantes. 
Y ahora, una vez más, como cada noviembre hemos vuelto a caer en la rutina, en el mismo día a día sea martes que viernes. Si hay suerte, me choco con tu sonrisa por el pasillo, otras veces me choco con esa mirada que se desvía simultáneamente de la mía repeliendo un mar de recuerdos.
Es que el otoño ha llegado, es que son las once y media de la noche, llevo algo menos de una hora escribiendo y en vez de todas estas pinceladas mal puestas, aquí debería haber un bonito comentario de texto. Es que necesitar, necesito muchas cosas pero a ti, te necesito como a la luz del sol.
Gem.

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